Breve resumen del Curso de
Verano de la U.C.M.
El pasado martes, 20 de julio, se celebró en el salón de actos del Centro Cultural Municipal “El Lisadero” de
Robledo de Chavela, el Curso de Verano de la Universidad Complutense que lleva
por título:
¿Hay/hubo vida en Marte? ¿Es posible un viaje tripulado a Marte?
Abrió el turno de conferencias
Juan Ángel Vaquerizo Gallego, del Centro de Astrobiología CSIC-INTA. Hizo un
recuento histórico de la importancia de Marte en las distintas civilizaciones
hasta llegar a nuestros días de la mano de Giovani Schiaparelli (Savigliano
1835-Milan 1910), astrónomo italiano que desde el observatorio de Brera creyó
ver importantes zonas de inundación por agua líquida a los que llamó “Canalis”
y Percival Lowell, estadounidense (Boston 1855-Fiagstaff 1916) que desde su
observatorio de Flagstaff en Arizona, interpretó estos canales como gigantescas
obras de ingeniería para llevar el agua desde el húmedo norte al árido sur de
Marte. También nos habló Juan Ángel de las narraciones que llenaron las
fantasías populares, ya desde el siglo XIX y el XX, de hombrecitos verdes y
todo tipo de monstruos marcianos, desde H.G. Wells y su “Guerra de
los mundos”
hasta Flasch Gordon y John Carter. Hizo
una mención especial al cuento de Alekséi
Nikoláyevich Tolstói (no
confundir con León Tolstoi): “Aelita la reina de Marte” que Yákov
Protazánov, cineasta ruso
llevó a las pantallas en 1924.
Vaquerizo
continuó su disertación contando como Marte se formó junto con la Tierra, hace unos 4.500 millones
de años y en un principio tuvo unas condiciones climáticas similares a las de
nuestro planeta, por eso se piensa que también se pudo dar allí el salto de las
moléculas químicas a organismos de vida. Pero al tener Marte la mitad del
tamaño de la Tierra su núcleo de hierro fundido se pudo llegar a enfriar y
dejar de realizar la función de dinamo
que hace también el núcleo de nuestro
planeta, desapareciendo los cinturones magnéticos
que protegían su atmósfera, haciendo desaparecer esta y dejándolo expuesto a
las terribles radiaciones cósmicas que acabarían destruyendo todo atisbo de
vida, al menos en su superficie.
Eso
es al menos lo que se creé que pudo pasar. Los nuevos descubrimientos que
vendrán de la mano de las exploraciones actuales y futuras, confirmarán esta
hipótesis o elaborarán otras nuevas.
El
segundo ponente, Jorge Pla-García es investigador del Centro de Astrobiología y del Space Science Institute en Boulder, Colorado (EEUU). Nos presentó los distintos Rovers que han o
están participando en la exploración de Marte. Él personalmente ha participado
en el desarrollo de instrumentos de
medición de parámetros meteorológicos para el Rover Perseverance: el TWINS,
para la medición del viento y de la temperatura ambiental, y el MEDA,
con siete sensores: temperatura de suelo y aire, humedad, presión atmosférica,
radiación y polvo, infrarrojos y dos medidores de la velocidad del viento. En
2011 colaboró en el desarrollo del REMS, estación meteorológica a bordo del
Rover Curiosity y que explora desde 2012 el cráter GALE.
Nos
presentó sus investigaciones sobre el flujo de metano en este cráter utilizando
el MRAMS. Este flujo dependería de las diferencias de temperatura y dirección
del viento entre la noche y el día marciano.
Uno de los misterios de Marte es de donde procede el metano que
periódicamente se detecta en su atmosfera. En la Tierra asociamos el metano al
metabolismo de seres vivos, pero en
Marte parece que está relacionado con ciertas
sales orgánicas que al calentarse liberarían este gas.
Despues de la pausa del café, (sin café por el COVID), pero con otras viandas que lo
sustituyeron estupendamente, intervino la Directora de la Agencia de Desarrollo
Local de Robledo de Chavela Carmen García García.

Carmen nos mostró con fotografías y carteles
como, en los últimos años, el Ayuntamiento, en unión con diversas asociaciones locales como la de
“Canopus”, “La Peña”, “el Ateneo Antoniorobles”, el colegio público “Nuestra Señora de Navahonda”
y El instituto de enseñanza secundaria “Sabino Fernández Campos”, han
desarrollado múltiples actividades relacionadas con el espacio y con El Centro
de Comunicaciones con el Espacio
Profundo de la NASA, sito en esta localidad. Estas actividades han sido: Camisetas
diseñadas por Emilio Urberuaga, Premio
Nacional de Ilustración 2011, que han sido llevadas por vecinos de este `pueblo
por todo el mundo, La Semana del Cine
del Espacio que ha contado con la presencia del cineasta Imanol Uribe, la conmemoración
de la emisión desde la Estación Espacial de Robledo hacia la Estrella Polar de
la canción de los Beatles Across the
Universe el 4 de febrero del 2008, varias actividades escolares relacionadas
con la astronomía y la exploración espacial, conferencias, observación de
estrellas mediante telescopios de aficionados, etc.

Carlos
González Pintado, que fue Subdirector y jefe de operaciones del Complejo de
Comunicaciones Espaciales de Robledo, en
su habitual lenguaje coloquial y
cercano, nos planteó los problemas prácticos y sus posibles soluciones que
implicaría una viaje a Marte con las actuales tecnologías: La ausencia de
gravedad por un tiempo muy largo (más de tres años entre ida y vuelta), que
afectarían a la masa muscular y ósea se los astronautas y que obligaría a
llevar voluminosos aparatos de gimnasia; La radiación cósmica que requeriría
una protección extra de las paredes de la nave lo que aumentaría
considerablemente su peso; El volumen de las provisiones para la tripulación
que él creé que al menos tendría que ser
de cinco personas; El problema de la convivencia durante tanto tiempo en un
espacio tan pequeño y que necesitaría la presencia de un psicólogo; El tipo de
energía para mover una nave tan grande y mantener el soporte vital de los viajeros;
La jerarquía y cadena de mando con objetivos claros en un proyecto que tendría
que ser plurinacional… si bien a corto plazo ve inviable este viaje, no
descarta, al ritmo que él vivió el desarrollo del proyecto Apolo y otras gestas
espaciales, que en dos o tres décadas tengamos la tecnología suficiente para
realizarlo.
Moisés
Fernández Álvaro, actual Director de Complejo de Comunicación con el Espacio
Profundo de la NASA en Robledo, nos
informó de las características de las antenas y del complejo en sí, y de su importancia para, en unión de las
otras dos estaciones de seguimiento espacial situadas en Camberra (Australia) y Goldstone
(California), cubrir en todo momento a las naves en sus viajes de exploración.
Expone
que en la actualidad cuentan con cuatro antenas de 34m
de diámetro en funcionamiento, algunas desde hace varias décadas, y hay otra
antena de 34m de diámetro que esperan entre en funcionamiento, como tarde, a
principios del 2022:
- DSS-65, de 34m de diámetro, en
funcionamiento desde 1987.
- DSS-54, de 34m de diámetro, en
funcionamiento desde 1997.
- DSS-55, de 34m de diámetro, en
funcionamiento desde 2003.
- DSS-63, de 70m de diámetro, en
funcionamiento desde 1973.
- DSS-56, de 34m de diámetro, en
funcionamiento desde enero de 2021.
- DSS-53, de 34m de diámetro, que
esperamos que esté funcionando desde enero de 2022, como tarde.
Expresó también que las cuatro antenas
de 34m de diámetro consiguen la eficacia de la antena de 70m de diámetro, esas
cuatro antenas son menos costosas de mantener que la de 70m, pero que la mantendrán
mientras sea posible y tengan las otras cinco antenas de 34m de diámetro (al
igual que la más grande) habilitadas para hacer seguimiento, telemetría y
telecomando de las naves espaciales que pueblan el sistema solar, siempre
refiriéndonos al espacio profundo (equivalente, aproximadamente, al seguimiento
de naves espaciales desde la Luna hacia “dentro” de nuestro sistema solar,
alejándonos de la Tierra).

Anthony
Carro, representante de la NASA en España, hizo un recorrido por la historia de
la colaboración de esta agencia con el INTA español, los inicios del proyecto
de la Estación de Robledo, que junto con
la de Fresnedillas , que atendió al programa Apolo y con la de Cebreros,
llegaron a formar el Complejo de Seguimiento del Espacio Profundo. Actualmente
la estación de Fresnedillas está cedida al CNI (Centro nacional de
inteligencia) y la de Cebreros a la ESA (Agencia Europea del Espacio).
Terminó su intervención presentando el proyecto “Artemisa”, con el que la NASA quiere volver a la Luna en
el 2024 y en este caso sería una mujer la que pisaría nuestro satélite. Además
establecerían una base permanente que serviría como entrenamiento para el
proyecto de sobrevivir en Marte.
En
el turno de preguntas y debate, fue invitado a subir a la mesa de ponentes José Manuel Urech Ribera, por su especial relevancia
en estos temas. Urech fue director de la estación de Cebreros desde 1970 hasta
1981 y en ese tiempo participó en el proyecto de las naves Mariner para
explorar Marte. Del 1981 a 1999 dirigió la estación de Robledo. Nos explicó
detalles y anécdotas de los difíciles comienzos de la exploración espacial: el
ordenador que usaban era de tarjetas perforadas y había que reprogramarlo
constantemente; la electricidad estática afectaba a los aparatos y tuvo que
combatirla inundando la moqueta con agua y con los técnicos sin
zapatos y con los pies empapados pudieron al fin mandar la señal a la Mariner
para que entrara en órbita con el ángulo adecuado; recibían las imágenes a un
bits por segundo, lo que hacía que una fotografía tardara en descargarse ocho
horas y luego había que montarla a mano…
Un toque de humanidad entre tanta ciencia.
El
curso fue clausurado por Fernando Casado, Alcalde de Robledo de Chavela, que
dio las gracias a la Universidad Complutense, a los ponentes, al director del
curso Carlos Álvarez Nebreda, y a la Secretaria Académica Elena Arriero, así como a los miembros del Ateneo Antoniorobles
Luis Alonso y Manuel Haro y a los demás voluntarios y trabajadores del centro, emplazando a los organizadores para que en los años siguientes puedan seguir
desarrollándose estos cursos en Robledo de Chavela.
Rafael
Seco de Arpe
GALERÍA FOTOGRÁFICA
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