Ateneo de Robledo Antoniorrobles: PONGAMOS ROBLEDO EN VALOR (10) EL VELO QUE NOS ENVUELVE BAILANDO: El traje regional robledano.

PONGAMOS ROBLEDO EN VALOR (10)

EL VELO QUE NOS ENVUELVE BAILANDO: El traje regional robledano.

En el pueblo donde siempre me he criado: Robledo de Chavela, y del que me considero acérrima a sus costumbres y tradiciones, los trajes típicos de nuestros bailes regionales son considerados de gran valor.

Esta indumentaria, ha ido evolucionando y variando con el paso del tiempo. Aunque se tienen pocas referencias de cómo eran antiguamente estos atuendos, sí se sabe que el refajo (similar a una falda, de paño o tela gruesa), era usado por las mujeres encima de las enaguas y como prenda de abrigo. En otros lugares, también se le denomina saya o manteo. Referente a éste, existen cantares y coplas. Esta vestimenta ha sufrido varias modificaciones.

Como he mencionado anteriormente, el traje regional robledano ha ido variando con el paso del tiempo, dependiendo de la época. Según manifestaciones de los lugareños más longevos de la localidad, el del hombre no ha sufrido significativamente estas variaciones; sin embargo, el de la mujer ha ido modificándose y cambiando, sobre todo el refajo.

Lo primero que se sabe al respecto es que esta prenda era de paño amarillo, rojo o verde, con cintas negras cosidas al mismo, y que se asemejaba bastante a los trajes típicos segovianos, al haber pertenecido el municipio en el pasado a la provincia de Segovia. En la postguerra, éste se llevaba bordado, pintado o picado, en color negro. En años posteriores se vuelven a retomar las cintas.

En la actualidad el traje regional robledano, es con el refajo picado fruncido en la cintura con pliegues o nido de abeja. Ya no es de los tres colores primitivos (rojo, verde y amarillo). Cada vez existen más refajos de distintos colores y cuya greca del picado, no tiene por qué ser negra. Lo que también se observa es que a lo largo del tiempo, se han ido perdiendo los collares de filigrana. Así mismo, antiguamente, el pañuelo que llevaban las mujeres en la cabeza, se ponía de tal forma que se viera un poco el flequillo; en la actualidad no se ve nada del pelo.

El traje de hombre, está compuesto por:

• Boina negra.

• Blusón de cuadros negros y blancos con canesú y botonadura, que es anudado a la altura del ombligo. Debajo de éste, una camisa blanca.

• Pantalón de pana negro, el cual, es recogido con unos tilines de cuero en la pantorrilla.

• Faja roja en la cintura con pañuelo de cuadros de sarga colgando al lado izquierdo de la misma.

• Medias blancas bordadas de lana de colores, a modo de zig-zag

• Alpargatas negras de suela de goma y con cintas atadas por debajo de la rodilla.

El traje de la mujer, consta de:

• Pañuelo en la cabeza, atado en la parte superior de la misma.

• Camisa blanca con puntillas en el cuello y puños con entredós y cinta de raso del color del refajo. Encima de ésta, pañoleta en los hombros cruzada en la cintura y atada atrás. Sujetando la pañoleta lleva dos broches, uno en la espalda para rizarla y otro en el cruce del pecho.

• Refajo picado (sin lentejuelas) y debajo: enaguas y pololos blancos con puntilla y pasacintas del color del refajo.

• Faltriquera y delantal negros bordados con abalorios de cristal y/o lentejuelas. La faltriquera se pone en el lado derecho de la cintura y debajo del delantal, viéndose un poco de la misma.

• Medias blancas bordadas en zig-zag, de lana de colores.

• Alpargatas negras con suela de goma y cintas atadas por debajo de la rodilla.

Lo más valioso de este traje es el REFAJO PICADO, trabajo laborioso y difícil, totalmente artesanal y de gran belleza. El proceso de su elaboración consiste en doblar varias veces un papel e irle recortando (similar a la papiroflexia), según uno desee. Cuando se desdobla aparece un dibujo, el cual es calcado en una cartulina, y ésta también se recorta. Posteriormente se pasa a fieltro, y se realiza el mismo proceso que con la cartulina. Una vez que se tiene el dibujo completo de todo el contorno del refajo, éste se prende al mismo con alfileres, para hilvanarle y por último coser todo ello a mano con pequeñísimas puntadas. Por la parte de abajo-posterior se cose también a mano, un trozo de fieltro en todo el contorno del paño del mismo color que el picado.

REFAJO ANTIGUO CON CINTAS: