Tal día como hoy, un 13 de junio de 1962, Robledo de Chavela fue portada del diario ABC con motivo de la celebración del "Día de Madrid en la
Feria del Campo". Su historia es la siguiente:
Robledo de Chavela tenía un grupo de “danzarines” cuya actividad perdura desde el inicio
de los años 60 del siglo pasado hasta la actualidad.
Todo parece indicar que Pilar Primo de Ribera y Sáenz de Heredia pasaba desde niña los
veranos en Robledo de Chavela y conoció a Sofía Abad y
Pilar de Pedraza, dos robledanas a las que las encargó organizar, dentro de las
actividades que realizaba la sección femenina, un grupo folklórico, un grupo de
danza en el municipio.
Rápidamente bajo la dirección técnica de Pilar de Pedraza, quien de facto ejerció de
directora y coreógrafa del grupo, seleccionó a hombres y mujeres con
habilidades para el baile y la música.
Se marcaron como objetivo actuar el 13 de junio de 1962 en la fiesta denominada “Día de Madrid”
que se celebraba en la Feria de Campo, actuando, junto con otro grupo de
bailarines de Morata de Tajuña. Amenizaron una serie de actividades oficiales
relacionadas con la exposición de maquinaria agrícola marroquí, y distintas
reuniones de la Cámara Oficial Sindical Agraria, distintas Hermandades,
etc.
El grupo inicial seleccionado por Pilar de Pedraza estaba compuesto por seis parejas: Santiago Quijada y Conchi Aldea, los que salen en primer plano de la foto de la portada del ABC; José Fernández con Carmina León; Emilio Abad con Angelines (hija del guardia); Genaro García con María Andrea Domínguez; Ramón Rodriguez con Andrea Domíngues y con Margarita Segovia y Luis Sevilla con Margarita Segovia.
No menos
importante era el grupo de músicos compuesto por una guitarra, que tocaba
Valerio de la Cruz, quien a su vez hacía las veces de director del grupo
musical, Carlos Milla (Laud); Antonio López (Laud); Vicente León (tambor); Constantino Vega (Chiqui) (Laud) y, como cantantes, Andrés Villeta y Adrián Alberquilla,
ambos fallecidos.
La música que interpretaban y bailaban era fundamentalmente “Seguidillas”,
acompañadas con “Rondón” robledano, una especie de jota que se interpreta por
tierras castellanas y que en cada ciudad le dan un aire particular.
Las seguidillas. Tienen un ritmo ternario, y movimiento animado, con acompañamiento de castañuelas, guitarras, bandurrias, laúd, almirez y botella de anís con llave, también se
tocan con la dulzaina, guitarro, violín, flautas y el tamboril. Es una música
típica de los pueblos de Castilla y Madrid. Se baila por
parejas que pueden ser mixtas, formando un círculo y cambiando de pareja. Se
bailan en las fiestas patronales, en la fiesta de la vendimia, y de la
agricultura que se hacía en esos tiempos.
Según Navarro Tomás (1), los ejemplos más tempranos se encuentra en las jarchas
hispanohebreas de los siglos XI y XII, así como en las cantigas gallegas del s.
XIII de Alfonso X el Sabio.
Desde el siglo XV aparecen con progresiva frecuencia en autores tan destacados como Juan de
Timoneda, Sebastián de Horozco, Santa Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz.
La denominación
"seguidilla" aparece por primera vez en el Guzmán de Alfarache de
Mateo Alemán (1599), quien afirma que «las seguidillas arrinconaron a la
zarabanda», si bien la primera definición aparece en el Cisne de Apolo de Luis
Alfonso de Carvallo (1602) (2).
Cervantes em su Quijote, atestigua que se bailaban y cantaban en su época (3).
Con posterioridad, formó parte esencial en los sainetes y tonadillas en el s.
XVIII, y más tarde de las zarzuelas. Manuel de Falla consideraba la
“siguiriya”, una variante, como el más antiguo de todos los cantes flamencos,
enraizándola con el cante litúrgico bizantino.
George Bizet compuso unas seguidillas célebres y muy “sui generis” para su ópera
Carmen, e Isaac Albéniz subtituló Seguidillas a su pieza Castilla, de la Suite
española.
El rondón. Es un baile tradicional ejecutado en forma de rueda
o círculo, típico de la Sierra de Gredos y del Valle del Alberche, en el sur de
la provincia de Ávila, la Sierra de San Vicente y La Campana de Oropesa en el
norte de Toledo y la Sierra Oeste de Madrid. Es típico de localidades como
Candeleda, Piedralaves, El Real de San Vicente, La Iglesuela del Tiétar,
Oropesa, Robledo de Chavela, Fresnedillas de la Oliva, Brunete,
Valdemorillo, El Escorial, San Lorenzo del Escorial o Villaviciosa de Odón.
En su estudio, denominaciones locales y nombres de bailes y danzas tradicionales de
Castilla y León en el siglo XX, el especialista Carlos Antonio Porro Fernández
describe así este baile:
"Este baile era interpretado antiguamente con gaitilla y tamboril y más modernamente
con rondalla de cuerda, lo que ha favorecido en ocasiones el trasvase de
plantillas rítmicas irregulares (propios de la rueda castellana, de 10/16) a
ternarias de tipo jotesco".
El rondón, propiamente, se correspondería con el
baile corrido castellano de dulzaina, en el que se avanza a la vez que se
marcan los pasos de baile. En esta misma zona es la forma habitual de bailar la
jota (también se baila en fila) haciéndose un único círculo de hombres y
mujeres que bailan a un lado y a otro alternativamente, girando en el
estribillo haciendo un gran corro.
El Quijote, II parte, cáp. XXIV
Queremos agradecer la inestimable colaboración de Pilar Sánchez Estévez y Carlos García-Prieto de la Fuente, sin cuya
aportación, este artículo no hubiera podido escribirse.
La
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